Hoy que nos llueve el amor
te digo que el mar levanta
la escritura ancestral.
Hoy el corazón entona
un himno amoroso
y la barca de tu ternura
arriba a mi playa
para escribir
mantras de paz.
Corazón de gota verde azulada
respiras largo pausado
desembocando de súbito
en mi complicidad.
Me provocas,
me precipitas hacia tu costado.
Alargas las manos
y es el oasis de mi boca
donde profundizas
Eclipsas los gemidos
con la multiplicidad
de tu noche
reflejada en mi espejo.
Reconoces la espiral
de mi nombre
que al paso de tu voz
es un deseo en la noche.
Eres el mismo
y el de antes
mío
tuyo.
Soy la misma
y la de siempre
mía
tuya.
Huerto y silencio
pisada como aullido
encuentras en mi
la abolición del miedo.
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