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Alycia...

Melancolia

Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.

Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no
—¿adónde se me ha escapado?—.
Los pongo 
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.




Pedro Salinas - La voz a ti debida

DESIDIA

DESIDIA Domingo por la tarde, hace un calor bochornoso, es más que probable que esta tarde haya tormenta.

Estoy en la cama tirado y casi desnudo, acompañado por un montón de botellas de cristal, supongo que no hace falta que diga que todas ellas son de bebidas alcohólicas, supongo que no. Hace calor y la habitación se me hace demasiado pequeña… estoy a punto de perder el conocimiento, pero adivino su aroma entre el olor a alcohol del barato y a cerrado. Está demasiado oscuro para ver y puede que yo esté demasiado borracho. Pero reconozco su aroma y se que está ahí, porque puedo sentir que es mi ángel…

Se para justo delante de la ventana y adivino en su silueta cada una de sus formas hasta tener una imagen nítida de su cuerpo y no una figura plana en mi cabeza. Va tan ceñida como siempre, tanto que uno no sabe si va vestida o desnuda, solo te puedes fijar en las curvas, suaves curvas que hacen que uno se deslice suavemente hacia la locura que produce contemplarla. Solo puede ser ella. Su olor. Sus formas. Sus silencios… mi ángel…

Puedo sentir su mirada posándose sobre mí. Todo su deseo sobre mí. En ese momento comprendo que no estoy en mis plenas facultades, ni mentales, ni físicas, y que si se abalanzara sobre mí cual leona que acecha a su presa desde hace rato, yo no tendría escapatoria. Quiero ser devorado por ella. La deseo tanto o más que ella a mí. Mi ángel…

Ella asume su papel de gatita callejera intentado coquetear en silencio conmigo al ritmo constante de sus tacones. A ella le excita que la mire sin intentar siquiera tocarla. Sin duda le gusta. Y el hecho de que ambos permanezcamos en silencio no hace más que confirmar nuestro deseo.

Es demasiado elegante para ser una simple puta que se hace la calle. Yo no la pago porque sea prostituta. Ni siquiera porque tenga la necesidad de acostarme con una mujer. Es solo un trámite para poder estar con ella y contemplarla. Solo quiero estar con ella. Sentirla a ella. Sentir los movimientos de su cuerpo encima de mí. Ver su boca entornada entre jadeo y jadeo. Solo quiero que ella siga siendo mi ángel…

¿Qué puede suceder cuando una puta y un borracho se atraen?

El sexo es bueno, sin duda, ella es una profesional. Pero no es eso lo que realmente nos mantiene unidos. Lo que nos une es que somos dos seres solitarios que no se tienen más que el uno al otro. Yo acepto lo que es ella, y ella me acepta tal y como soy. No nos pedimos que cambiemos. simplemente, somos lo que somos, porque en este mundo debe haber de todo.

Puede que esto no sean más que las tonterías de un borracho tirado en un motel en una tarde de verano, encerrado y medio inconsciente o puede que simplemente se trate de mi realidad.

Por ti...

Por ti...

Por las noches que no he podido dormir porque mi cama estaba fría.

Por las lagrimas que han mojado mi almohada en tu ausencia.

Por todas las caricias que me has dado mientras me cortabas la piel.

Por todas las despedidas que no han sido.

Por los besos que me dabas por compromiso.

Por los que no me has dado nunca y no has guardado.

Por los abrazos que no quitaban el frio de los mios.

Por los que no llenaban el vacío de tu cuerpo en mis brazos...

Por los susurros del viento que nunca me trajeron noticias tuyas.

Por cada pedacito de mi corazón que he tenido que pegar.

Por cada trocito que has vuelto a hacer caer...

Por ti...

Por mi, que te lo di todo.

Por cada recuerdo desvanecido en el olvido... por todo, lo bueno y lo malo

Hoy sin ti...

Hoy sin ti...
Hoy me duele el alma rota de tanto llorar.

Hoy pisadas pesadas sobre suelos de fango y arenas movedizas.
Hoy sin ti.

Hoy la descalza melodía de un piano cojo.

Hoy la ausencia de miradas en tus ojos.

Hoy sin ti mis manos tiemblan.

Hoy las curvas de la mujer mas perfecta del mundo.

Hoy la boca callada del mudo que guarda un secreto.

Hoy sin ti mi lengua papel de lija.

Hoy cuchillas en el aire afilándose en mi cara.

Hoy de nuevo la ausencia de mis grilletes favoritos.

Hoy sin ti mis ojos se escurren por sus propias cuencas.

Hoy el suelo cubierto de escamas de la piel de un bebé.

Hoy todas las balas de tu boca apuntan a mi corazón

Hoy deja de ser hoy para ser cualquier otro dia.

Hoy, de nuevo, sin ti...