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Alycia...

MILENIO

MILENIO

Nunca creí que ella terminara por hacerlo. Llevaba varios años decidiéndolo y advirtiéndome de que lo haría el día menos pensado, pero nunca creí que lo haría. Si hubiera sospechado lo más mínimo se lo hubiera impedido de cualquier manera posible, a pesar de que podría haber perdido mi trabajo. Ella siempre me decía que era un cobarde.

Joder…

Yo sabía que aquel día bombardearían todos los barcos que salieran del puerto destino a algún otro lugar. El presidente de la compañía lo dispuso meses antes. Sabía que aquel día en especial los activista intentarían joderle su fiesta de aniversario del golpe de estado que le permitió acceder al poder. Pero nunca imaginé que ella lo haría. Ella siempre me decía que era un cobarde.

Ni siquiera pude ir a recoger su cuerpo. Los del ministerio de defensa me hubieran reconocido y no hubieran hecho la vista gorda, ya hay demasiado expedientes con mi nombre que se quedan archivados al final sin resolver por falta de pruebas en el ministerio de información. Sara ya no puede hacerme más favores… a pesar de que me al siga tirando los jueves y viernes por la noche porque el juez Miral tiene partida de cartas. Pobre Sara, eligió la supervivencia, pero no me imagino sus pechos flotando al compás de las embestidas de ese viejo de carnes desprendidas o lamiéndole con sus carnosos labios una polla arrugada como una pasa que eyaculará en su dulce cara. Sara lo pasó muy mal antes de ser la mujer del juez, recibió su venganza cuando su padre fue encarcelado por pederastia en vez de por la violación de su propia hija. La reputación de la mujer del juez debía ser impecable, así, la cambiaron de apellidos y no tuvo que participar en el juicio. Asunto arreglado, otro expediente de identidad falsa para una vida larga y cómoda, sin tener que pasar calamidades. Pero Sara sentía que si antes había sido la puta de su padre ahora lo era del juez Miral. Por eso se acostaba conmigo, para poder escapar de la realidad dos veces por semana, yo lo hacía para que limpiara el expediente de un agente urbano de incógnito que hubiera durado dos telediarios debido a que cada dos por tres ella, la hermana de Sara, aparecía junto a los activista que iban en contra de las manipulaciones que el gobierno llevaba a cabo cada día… violaciones de niñas en países extranjeros por los hijos consentidos de los todopoderosos, familias que menguaban misteriosamente a diario hasta desparecer la generación más joven, que podría ser de unos dos o tres años, a veces incluso meses… o simplemente sus padres desaparecían y ellos abandonados se morían por inanición, deshidratación, hipotermia… nadie tenía valor tampoco para responder a sus llantos, como mucho, tendrían valor para evitar una lenta agonía y se los quitaban de en medio para que luego, si les preguntaban la urbana, poder alegar que lo habían hecho en venganza porque sus padres eran activistas. Eran pocas las casas que no tenían algún lema escrito en al pared de su casa como defensa y en contra de los activistas.

Ella se negó siempre a que en nuestra casa lo hubiera, sobre todo desde que supimos de su embarazo. Todo cambió a partir de ese día. Entre nosotros se abrió un gran abismo que nos separaba. Sara tampoco era capaz de que ella entrara en razón. Creo que ella empezó a sospechar demasiadas cosas acerca del gobierno, de Sara y yo…

Ella, su pelo siempre olía como un campo llenito de flores en una tarde calurosa de primavera… de esas que el sol te avisa de las que te despides junto al sol en el horizonte. En la que las sombras se hacen más largas, pero más estrechas. Que luego terminas recordando toda tu vida y echando de menos. Ella siempre sonreía cuando yo le decía que olía a campo.

Joder…yo tendría que haber evitado su muerte…

Sara me ha llamado esta mañana, dice que los forenses detectaron lo de su embarazo, y que el embrión está siendo objeto de varias investigaciones científicas…

No les bastaba con matarla… a esos hijos de puta no les bastaba con matarla, sino que le han hecho una autopsia y le han sacado sus tripas como si estuvieran limpiando un apestoso pescado muerto y se lo han quitado… ahora ella está muerta y mi hijo podría convertirse en cualquier cosa con tal de ayudar en los experimentos del ministerio de investigación y desarrollo… ya hay rumores entre la gente de que se han visto cosas raras por al noche en la zona de los indigentes. Están limpiando el barrio para poder edificar pisos de lujo o quien sabe si algún otro ministerio nuevo destinado a cualquier otra barbaridad.

Ella tenía razón, somos sus jodidas marionetas,  sus putas lubricando nuestros coños dispuestas a que nos la metan hasta el fondo y fingir un  buen orgasmo…

Todo se ha vuelto de un gris azulado carente de color… un color que se contagio y se transmite a todas las fachadas de la tiendas. Todo es de ese color azul triste carente de color… solo hay dos tipos de miradas de la gente, o los que ni siquiera pueden ver porque tienen una malformación genética, por supuesto, manipulación genética. Un ejército de muñequitos, todos iguales o de gran parecido, se pasean constantemente por las galerías, haciendo gala de sus sonrisas, de sus grandes ojos azules, de sus melenas largas y rubias… incluso tener el pelo rizado era un delito para ellos. Pero ella estaba igual de hermosa con su cabeza rapada después de haberse negado a llevarlo liso como el resto.

Ella tenía razón, siempre fui un cobarde, siempre escondiendo para poder seguir viviendo, sin ser consciente de que lo que hago no es vivir, sino sobrevivir, como Sara, como tantos otros que nos tapamos los ojos ante los continuos abusos que a  diario el gobierno comete delante de nuestras narices.

Ella siempre me decía que algún día se iría y que le gustaría que me fuera con ella, porque quería volver a conocerme libre. Pero en cuanto la miraba, ella sabía que es lo que pensaba y me decía eres un cobarde, cualquier día me decido y me voy, y no vuelves a verme el pelo… y yo nunca creí que lo hiciera, pero ella lo tenía decidido casi desde el principio, solo quería ir convenciéndome para que me marchara con ella, y tuvo que hacerlo ese día.

Sara me ha llamado esta mañana. Han encontrado su cuerpo hace escasas horas, tirado en el suelo del cuarto de baño sujetando un bote de pastillas y con una mezcla de vomito y sangre e el suelo, junto a su boca, quizás en el ultimo momento tuvo miedo y quiso dar marcha atrás. Sara nunca me avisó de que iba a hacerlo. Quizás, archivó demasiados expedientes y algún compañero la delató. Los periódicos dicen que sufría de una extraña enfermedad de la que los médicos carecen absolutamente de información.

Al menos con Sara sentía que jodía algo que pertenecía al sistema. Ahora ya ni siquiera me queda eso…

Llego al edificio donde está mi casa, entro en el portal y la Sra. Lola, la portera, se asoma a la escalera, me mira seria y con aire de desprecio,  y acto seguido alza la mirada dirigiéndola por el hueco de la escalera y la dirige hacia mi rellano. Están allí esperándome, no hace falta que me lo diga. Decido subir las escaleras a pie en vez de esperar al ascensor, así me da tiempo a pensar antes de llegar meter la puerta en la cerradura, girarla y entrar a mí casa. No estro nervioso, no entro precipitadamente, ya sé que están allí esperándome.

Me giro para depositar las llaves en la bandeja de cuero que hay en el pueblecito auxiliar de al entrada. Junto a su retrato. La miro. La sonrío…

De repente y con fuerza mi cabeza es introducida en una bolsa de plástico. No pongo resistencia, sé que sería prolongar lo inevitable.

Toda mi vida me he sentido como una basura. Ya era hora que alguien la sacara fuera.

4 comentarios

El Señor de Las Brumas -

Magnífico relato, me gusta mucho, lo guardaré en mi estantería. Veamos... aquí, entre Aldous Huxley y Augusto Vázquez-Figueroa. Sí, aquí le corresponde no sólo por orden alfabético, sino por temática y estilo. Archivado.

Un abrazo

fantasía -

Como la vida misma...
Un beso desuperpuente

Te lo van a decir -

Why don't you write about sex anymore 12/09/2006?, do you want impress anyone?
Did you write the text in english by yourself?
Perhaps you come across some wonder.

Naorio -

Negro pasaje para mostrar las ansias de escapar de la tecnobarbarie actual, aunque la via sea la misma muerte.